La escuelita de Sol

Cuando desde el embarazo decides respetar a tu bebé en todos los aspectos posibles, son muchas las decisiones importantes que debes tomar: eliges un parto en casa, eliges dar el pecho hasta que ella quiera, no vacunar y confiar plenamente en su sistema inmunológico u observar sus ritmos naturales e intentar adaptarte a ellos para que pueda crecer con naturalidad, sin forzar nada.
Sol desde que nació es una personita extremadamente social, le encanta la gente de todas las edades, desde que aprendió a saludar siempre lo hacía a todo el mundo al entrar en el tren o a donde quiera que fuéramos. En el parque los niños no eran tan "sociales" como ella y la rechazaban a menudo. Eso nos hizo pensar que sería bueno que pudiera ir a algún espacio donde pudiera compartir regularmente con otros niños, donde se creara una relación de confianza y aprendiera a compartir y hacer todo lo que necesita a su edad (ahora cumplirá 3 años) acompañada respetuosamente.

Ese es un tema peliagudo en cuanto se trata de "dejar a tu peque en manos ajenas", ¿quién la cuidará como tú?
Desde luego, no pensamos que una "guardería" pública sería la opción adecuada, porque no queríamos que nos la "guardaran" hasta las 17h de la tarde con otros 20 niños y una "cuidadora".
Así que buscamos entre las opciones más respetuosas cerca de donde vivimos. El primer año desde el año y medio estuvo en "las madres de día" de la Escuela Waldorf de Bellaterra, donde su "educadora" era nuestra vecina Liz, una persona dulce y cariñosa donde las haya. El grupo era de 5 niños y el espacio era pequeño y muy acogedor. Pero al año siguiente necesitaron mudarse para ampliar el espacio y ya nos quedaba demasiado lejos, así que necesitamos encontrar otro lugar.

En Sant Cugat y alrededores encontramos varias "escuelitas libres" privadas cuya filosofía es sobre todo respetar a los peques en su crecimiento y no forzar ritmos que no son naturales en ellos. De entre todas, Quart Creixent nos llamó la atención desde el principio, ya que tiene una yurta en mitad del jardín, que me parece una de las construcciones más acogedoras y especiales que conocemos.

Después conocimos a Celia y Tania, las "educadoras", junto con otras madres del proyecto como Sonia y Mireia. Entendían perfectamente nuestras necesidades prácticamente antes de mencionarlas, ya que su filosofía es respetar el ritmo natural de las necesidades de los niños para reforzar su independencia y que ellos sepan qué pueden hacer y que sientan cuándo lo necesitan. Además nos dio la impresión que podríamos aprender mucho de ellas ya que nos dieron una serie de artículos para leer sobre los conflictos entre niños, el decir mecánicamente "muy bien" todo el tiempo (cosa que hacíamos) o los ritmos naturales. Nos fueron de gran ayuda.
 
Desde el principio los padres están totalmente integrados en la escuelita, no lo dejas para que te lo "guarden" y te vas con el corazón roto porque tu hijo no deja de llorar. Estás ahí hasta que estéis preparados para separaros gradualmente. Así que la mayoría de padres (uno por familia) estuvimos en el espacio gran parte del primer trimestre, mientras los peques se aclimataron al lugar, a las cuidadoras y a los demás niños. Hasta que todos sentimos que era el momento adecuado. Lo cual no es traumático para ninguno, aunque pueda ser un coste energético y de tiempo para los padres, ves los resultados y sabes que es lo mejor. Además aunque no estés presente, siempre pueden llamarte en caso de que tu hij@ te necesite de verdad con urgencia.
Los padres son tan importantes que una vez al mes hay una reunión pedagógica con los padres y las educadoras para hablar de temas que han surgido en el espacio y pueden mejorarse o para crear material pedagógico o para intercambiar ideas y emociones.

Además, otro de los beneficios era que cada día cocinaría una familia del proyecto, en vez de traer nosotros su comida o que la hiciera el centro. Todos concretamos que aunque no fuéramos vegetarianos en casa, en Quart Creixent el menú sí lo sería para poder respetar las especificidades de cada niño y están aprendiendo a comer sano de manera conjunta. :)

El espacio es un amplio jardín con muchas y variadas actividades adecuadas a su edad y desarrollo psicomotriz (duro y blando), una casita para el juego de rol, un gran colchón para saltar y soltar adrenalina, un "sorral" o "arenero" y material didáctico más delicado que guardan dentro de la sala, como libros, piezas para construir, material Montesori...
Además algo que a Sol le encanta hacer en casa y que todos los días es parte de su rutina en QC es escuchar el cuento que les explica una de las educadoras y las canciones y bailes con las que acaban la mañana. Ya que el horario es hasta las 14:30h, cosa que nos gusta, ya que está lista para la siesta y así empieza la tarde con otra rutina.

Las educadoras son unos encantos, sabes que está en buenas manos por la manera en que hablan contigo y con ellos, siempre respetuosas, tranquilas, sonrientes y acogedoras. Incluso cuando en casa hay crisis tienen recursos para ayudarte!
Otra cosa que nos hace mucha gracia es que desde que empezamos el segundo trimestre los peques nos piden a los padres de ir a casa de uno y de otro a jugar un rato por las tardes y está siendo una actividad semanal, muy enriquecedora para los niños y muy buena para los padres, porque es más barato y tranquilo que una ludoteca (!) y están aprendiendo a compartir su propio espacio con sus amiguitos, así que es toda una aventura.

Aunque todo esto está explicado desde el punto de vista de unos padres, lo que realmente nos llena es que despertarse, siempre le preguntamos a Sol si quiere ir al "cole" y nos dice que sí, aunque esté medio dormida y al acabar el día en QC nos dice ella "Me guta e cole". Ya no necesito nada más para saber que está en el lugar adecuado, para que pueda crecer acompañada en muy buenas manos cuando no está en nuestra compañía. :)


Por cierto que este domingo hay jornada de puertas abiertas para quien quiera ir a verlo.